Dios de toda bondad y misericordia:
Jesús, con su vida y su obediencia consecuente,
hace más claro el ejemplo del grano de trigo
Él dio su vida por nosotros
y se entregó a sí mismo sólo por amor
haciendo posible el fruto que somos hoy.
Nosotros nos confesamos sus seguidores
y queremos tener su misma actitud ante la vida,
en especial entre los más pobres.
Ayúdanos a reproducir en nuestra existencia
su entrega libre, intensa, generosa,
creadora de vida y de fecundidad.
Por el mismo Jesucristo nuestro hermano mayor.
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