miércoles, 20 de julio de 2022

Oración por un amigo enfermo - en un peligro mortal – Salmos 88 y 19

Señor, mi Dios, te clamo a ti de día, 
y de noche me quejo en tu presencia.
Que hasta ti llegue mi oración,
presta atención a mi clamor. 

Pues de pruebas mi alma está saturada
y mi vida está al borde del abismo.

Estoy encerrado y no puedo salir,
el sufrimiento mis ojos ha gastado. 
Señor, a ti clamo todo el día,
y mis manos extiendo hacia ti.

¿Harás milagros para los difuntos, 
se levantarán sus sombras para alabarte?
¿Se hablará de tu bondad entre los muertos, 
de tu lealtad donde todo está perdido?
¿Admirarán tus maravillas en lo oscuro, 
y tu justicia en la tierra del olvido?

Yo, por mi parte, clamo a ti, Señor,
y de mañana sube a ti mi oración.


Ahora reconozco que el Señor da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.

nosotros invocamos el nombre del Señor, Dios nuestro.
Escúchanos cuando te invocamos.


(Del Salmo 88 y del Salmo 19)
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Oración por un amigo enfermo

Amigo mío,
debes de saber que te amo y tu vida me interesa. 
Es por eso que he doblado mis rodillas por ti, 
clamando al Dios omnipotente que te guarde, 
que en todos tus asuntos te proteja. 

Le pido a Dios
que te de serenidad y te cobije con su luz; 
si es que hay tinieblas
que quieran hacerte tropezar 
y la negra maldad con amargura
quiera quitarte aquello que tú aprecias:

Señor dale a mi amigo paz, muéstrale que no lo has abandonado, 
que para él hay un propósito especial y para una misión tú lo has llamado. 

Derrama en él tu Espíritu divino, 
rodéalo de ángeles que en todos sus caminos peleen por él la cruel batalla por su vida. 

Que tu poder sane toda enfermedad, toda herida aún abierta del pasado. 

Sana su cuerpo, sana su alma, sana su mente, 
da a mi amigo una inesperada bendición 
que le muestre el Dios soberano que tú eres.

Señor te doy gracias por este bello ángel que has enviado a mi lado, 
porque aún a veces más cercano que un hermano está; 
puedo contar con él siempre, 
así Jesús como también cuento contigo.

Señor bendice a mi amigo amado.
Amigo, amiga, no te apartes jamás de Jesús.

Oración escrita por Hermes Alberto Carvajal

Rosario Bíblico para orar por los Difuntos

Introducción                                                                                                                        

L./ Ave María Purísima.
R./ Sin pecado concebida. 
T./ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.
L./ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 
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L./ Símbolo/Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre, Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo;
y nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato;
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos
y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica;
la comunión de los santos; 
el perdón de los pecados;
la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
 
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Por costumbre, algunos rezan el Acto de Contrición, otros no. Puede usarse otra versión aceptada.

El Acto de Contrición

L./Para que nuestra oración pueda agradar a Dios, purifiquemos nuestro corazón,
arrepintiéndonos de nuestros pecados. Recemos todos juntos el Acto de Contrición. 

T./ Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor mío;
     por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas,
     me pesa de todo corazón haberte ofendido,
     propongo enmendarme y confesarme a su tiempo;
     ofrezco todo cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados  
     y confío en tu bondad y misericordia infinitas que me perdonarás,
    por tu preciosa sangre y me darás la gracia para nunca más pecar. Amén.

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 L,/ Abre, Señor, mis labios.
R./ Y mi boca proclamará tu alabanza.
L,/ Dios mío, acude en mi auxilio.
R./ Señor, date prisa en socorrerme.
L,/ Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
R./ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

 L./ Abre, Señor, nuestros labios y limpia nuestros corazones
       de impertinentes pensamientos, ilumina nuestro entendimiento
       con la Luz del Espíritu Santo, para que, atenta, digna y devotamente recemos
       este Santo Rosario; pidiéndote por el eterno descanso de nuestro hermano(a) N…
       Te damos gracias por la vida que le diste y muy especialmente
       por las personas que estamos presentes.

       ¡Oh Dios!, que perdonas y deseas la salvación de todos, imploramos tu clemencia
       para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos
       concedas a tu siervo (a) N… la gracia de llegar a la Vida Eterna. Amén.
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Contemplamos, en este Santo Rosario los Misterios de Resurrección. 

1.  Jesús resucita al hijo de la viuda de Naím

Lectura Bíblica: (Lc 7, 11-17)
«Poco después Jesús,
en compañía de sus discípulos y de una gran multitud,
se dirigió a un pueblo llamado Naín.

Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo,
vio que sacaban de allí a un muerto,
hijo único de madre viuda.
La acompañaba un grupo grande de la población.

Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo:
“No llores”. Entonces se acercó y tocó el féretro.
Los que lo llevaban se detuvieron,
y Jesús dijo: “Joven, ¡te ordeno que te levantes!” 

El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. 
Todos se llenaron de temor y alababan a Dios.  
‘Ha surgido entre nosotros un gran profeta, decían: Dios ha venido en ayuda de su pueblo’.
Así que esta noticia acerca de Jesús se divulgó por toda Judea y por todas las regiones vecinas.».

Reflexión
En la antigua Galilea, las mujeres iban al frente de la procesión,
porque, así como la mujer introdujo la muerte en el mundo,
así ellas deben guiar el camino en la procesión fúnebre.

Eran grandes los lamentos y llantos de las mujeres que guiaban al féretro,
al igual que el resto del pueblo que seguía a la procesión. 
Jesús sanaba a la gente de diferentes maneras, pero cuando resucitaba muertos,
lo hacía siempre hablándole al muerto, devolvía la vida con su palabra. 

Se reza:
1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías, 1 Gloria. 

Jaculatoria: Por costumbre, se usa una de las tres siguientes:

Oh Jesús mío, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

(opción 2) María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
defiéndenos de nuestros enemigos 
y ampáranos
ahora y en la hora de nuestra muerte. ¡Amén!
 

(opción 3) María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora. Amén.

Oración
Oremos para que Jesucristo que es la Resurrección
y la Vida, sane mi tristeza y mi dolor, así como de la persona por la que oramos,
y nos devuelva la alegría y la paz interior como lo hizo con la viuda de Naím.
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2.       Jesús resucita a la hija de Jairo    

Lectura Bíblica: Mc 5:22-24. 35-43
Llegó un oficial de la sinagoga, llamado Jairo,
y al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole: ‘
Mi hija está agonizando; 
ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.’  

Jesús se fue con Jairo; llegaron algunos
de la casa del oficial de la sinagoga para informarle:
‘Tu hija ha muerto. 
¿Para qué molestar ya al Maestro?’
Jesús se hizo el desentendido y dijo al oficial: 
“No tengas miedo, solamente ten fe.”

Pero no dejó que lo acompañaran más que Pedro,
Santiago y Juan, el hermano de Santiago. 
Cuando llegaron a la casa del oficial, Jesús vio un gran alboroto:
unos lloraban y otros gritaban.

Jesús entró y les dijo: “¿Por qué este alboroto y tanto llanto?
La niña no está muerta, sino dormida.” Y se burlaban de él. 
Pero Jesús los hizo salir a todos, tomó consigo al padre,
a la madre y a los que venían con él, y entró donde estaba la niña.
Tomándola de la mano, dijo a la niña: «Talitá kumi»,
que quiere decir: “Niña, te lo digo, ¡levántate!”
La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años).

¡Qué estupor más grande! Quedaron fuera de sí.
Pero Jesús les pidio insistentemente que no lo contaran a nadie,  
y les dijo que dieran algo de comer a la niña.

Reflexión
Jesús la trae de la muerte porque es Dios y él hace todo para darnos esperanza de vida eterna.
El resucitado que vive por siempre un día levantará
a los que crean en él para vivir con él. ¡Una gran esperanza y un gran Dios! 

Se reza:
1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías, 1 Gloria.

Jaculatoria:
Oh Jesús mío, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

(opción 2) María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
defiéndenos de nuestros enemigos 
y ampáranos
ahora y en la hora de nuestra muerte. ¡Amén!

Oración
Oremos para que Jesucristo que es la Resurrección y la Vida,
resucite en mí y en la persona por la que oramos la esperanza en la felicidad y la vida eterna.
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3.  Jesús resucita a Lázaro

Lectura Bíblica: Jn 11, 1-54 

les dijo: “Nuestro amigo Lázaro se ha dormido y voy a despertarlo.”
Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.

Marta dijo a Jesús:
‘Si hubieras estado aquí, 
mi hermano no habría muerto.
Pero aun así,
yo sé que puedes pedir a Dios 
cualquier cosa, y Dios te lo concederá.’

Le dijo Jesús: “Yo soy la resurrección (y la vida). 
El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”

contestó: ’Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios,
el que tenía que venir al mundo.’

Jesús ordenó: “Quiten la piedra.” 

Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: 
“Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado.
Yo sabía que siempre me escuchas; pero lo he dicho por esta gente, para que crean que tú me has enviado.”

Al decir esto, gritó con fuerte voz: ”¡Lázaro, sal fuera!” Y salió el muerto.
Tenía las manos y los pies atados con vendas y la cabeza cubierta con un velo.
Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo caminar.”

Muchos judíos que habían ido a casa de María creyeron en Jesús.

Reflexión
Antes de resucitar a Lázaro, Jesús agradece a su Padre por escucharlo siempre.
Hace el milagro para que todos crean que Dios Padre lo envió
al pueblo de Israel y de todo el mundo para salvarnos.
Envidiosos, los Fariseos y los sumos sacerdotes querían matar a Jesús
para que la gente no se vuelva sus seguidores.

Se reza:
1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías, 1 Gloria. 

Jaculatoria:
Oh Jesús mío, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

(opción 2) María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
defiéndenos de nuestros enemigos 
y ampáranos
ahora y en la hora de nuestra muerte. ¡Amén!

Oración
Jesucristo: tú que eres la Resurrección y la Vida, ayúdanos a que yo y la persona por quien oro,
recordemos que el Padre siempre oye nuestra oración,
que creamos en más en Ti, el Cristo, el Dios de la esperanza, la paz y la vida eterna.
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4.  Jesús ofrece resurrección a Dimas

Lectura Bíblica: Lc 23, 39-43   

Uno de los malhechores
que estaban crucificados con Jesús lo insultaba:
‘¿No eres tú el Mesías?
¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros!’

Pero el otro lo reprendió diciendo:
‘¿No temes a Dios tú,
que estás en el mismo suplicio?
Nosotros lo hemos merecido
y pagamos por lo que hemos hecho,
pero éste no ha hecho nada malo.’
Y añadió:
’Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.’
Jesús le respondió: “En verdad te digo
que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.”

 Reflexión
Jesús habla de esperanza a su compañero de martirio,
un ladrón a quien la tradición da el nombre de Dimas, aunque en los evangelios es anónimo.

La palabra de Jesús opera algo tan sorprendente 
que, de repente, su corazón da un vuelco y se le abren los ojos de la fe. 
Ha oído de labios de Jesús la palabra Padre. 
¿Quién es este ajusticiado que puede llamar a Dios Padre,
y al mismo tiempo interceder por sus verdugos?
¡Oh, si él pudiera dirigirse a Dios con esa paz y tranquilidad de espíritu!
El ladrón cree en Dios, pero, como tanta gente de hoy, conoce al Creador muy superficialmente.

Se reza:
1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías, 1 Gloria. 

Jaculatoria: Por costumbre, se usa una de las tres siguientes:
Oh Jesús mío, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. 

(opción 2) María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos
y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. ¡Amén! 

(opción 3) María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora. Amén.


Oración
Oremos para que Jesucristo que es la Resurrección y la Vida,
sane mi tristeza y mi dolor, así como de la persona por la que oramos,
y nos restaure la paz interior como lo hizo con Dimas en la Cruz. 
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5.  Pedro resucita a Tebita (Dorcas)

Lectura Bíblica:
Hechos 9: 36-42
En Jope había una discípula llamada Tabita (o Dorcas en griego),
que quiere decir Gacela.

Hacía muchas obras buenas y siempre ayudaba a los pobres.
Por aquellos días enfermó y murió: 
después de lavar su cuerpo,
lo pusieron en la habitación del piso superior.
Como Lida está cerca de Jope, 
los discípulos, al saber que Pedro estaba allí, 
mandaron a dos hombres con este recado: 
‘Ven inmediatamente a donde nosotros’.

Pedro se fue sin más con ellos.
Apenas llegó lo hicieron subir a la habitación del piso superior,
donde le presentaron a todas las viudas que estaban llorando
y le mostraban las túnicas y mantos que Tabita hacía
mientras vivía con ellas.
Pedro hizo salir a todos, 
se puso de rodillas y oró.
Luego se volvió al cadáver y dijo: “Tabita, levántate.” 
Ella abrió los ojos, reconoció a Pedro y se sentó.

Él le dio la mano y la ayudó a levantarse; luego llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva.
Esto se supo en todo Jope y muchos creyeron en el Señor.


Reflexión
Los Apóstoles continúan la obra de amor de Jesús. 
En el Nombre de Jesucristo San Pedro resucita a Tabita (Tzebiyah: hebreo y Dorcas en griego)
una judía caritativa de la sinagoga de Yafah o Joppa que hacía prendas de vestir
para las viudas necesitadas y la reincorpora en las tareas de la comunidad cristiana. 

Se reza:
1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías, 1 Gloria.

Jaculatoria: Por costumbre, se usa una de las tres siguientes:

Oh Jesús mío, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 (opción 2) María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos
y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. ¡Amén! 

(opción 3) María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora. Amén.

Oración
Oremos a Jesucristo que es la Resurrección y la Vida,
para que fortalezca mi servicio en la comunidad cristiana.
Que esperemos y trabajemos juntos hasta encontrarnos con el Resucitado victorioso,
Jesús el Dios de la Vida y de la historia.
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La Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.

A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. 

Ea, pues, Señora nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos
de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.  ¡Amén!

Al terminar el rezo de los 5 misterios del día (o los 20 si se rezan los 4 ciclos de misterios) algunos rezan:

Dios te salve, María, Hija de Dios Padre,
llena eres de gracia; el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.

Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo,
llena eres de gracia; el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén. 

Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, 
llena eres de gracia; el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.
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Letanías Laureteanas
Por costumbre, y luego de finalizar el rezo de todos los misterios del Santo Rosario, algunos rezan:

V. Señor, ten misericordia de nosotros.         R.  Señor, ten misericordia de nosotros.
V. Señor, ten misericordia de nosotros.         R.  Señor, ten misericordia de nosotros.
V. Señor, ten misericordia de nosotros.         R.  Señor, ten misericordia de nosotros. 

V. Cristo, óyenos.                                                      R.  Cristo, óyenos.
V.
 Cristo, escúchanos.                                             R.  
Cristo, escúchanos.

V. Dios, Padre Celestial.                                         R.  Ten piedad y misericordia de nosotros.
V.
 Dios Hijo, Redentor del mundo.                    R.  
Ten piedad y misericordia de nosotros.
V.
 Dios Hijo, Redentor del mundo.                    R.  
Ten misericordia de nosotros.
V.
 Dios Espíritu Santo.                                            R.  
Ten misericordia de nosotros.
V.
 Trinidad Santa, un solo Dios.                         R.  
Ten misericordia de nosotros.


V.  Santa María.                                                          R.  Ruega por nosotros.
V.  Santa Madre de Dios.                                        R.  Ruega por nosotros.
V. Santa Virgen de las vírgenes.                         R.  Ruega por nosotros.

V. Madre de Cristo.                                                   R.  Ruega por nosotros.
V. Madre de la Iglesia.                                             R.  
Ruega por nosotros.
V. Madre de la divina gracia.                                R.  
Ruega por nosotros.
V. Madre purísima.                                                  R.  
Ruega por nosotros.
V. Madre castísima.                                                 R.  
Ruega por nosotros.
V. Madre virginal.                                                    R.  
Ruega por nosotros.
V. Madre sin mancha.                                             R.  
Ruega por nosotros. 
V. Madre inmaculada.                                            R.  Ruega por nosotros. 
V. Madre amable.                                                     R.  Ruega por nosotros. 
V. Madre admirable.                                               R.  Ruega por nosotros. 
V. Madre del Buen Consejo.                                 R.  Ruega por nosotros. 

V. Madre del Creador.                                            R.  Ruega por nosotros. 
V. Madre del Salvador.                                          R.  Ruega por nosotros. 

V. Virgen prudentísima.                                       R.  Ruega por nosotros. 
V. Virgen digna de veneración.                          R.  Ruega por nosotros. 
V. Virgen digna de alabanza.                             R.  Ruega por nosotros. 
V. Virgen poderosa.                                               R.  Ruega por nosotros. 
V. Virgen clemente.                                               R.  Ruega por nosotros. 
V. Virgen fiel.                                                           R.  
Ruega por nosotros.

V. Espejo de justicia.                                             R.  Ruega por nosotros.  
V. Trono de sabiduría.                                         R.  Ruega por nosotros. 
V. Causa de nuestra alegría.                              R.  Ruega por nosotros. 
V. Vaso espiritual.                                                  R.  Ruega por nosotros.  
V. Vaso digno de honor.                                       R.  Ruega por nosotros.
V. Vaso insigne de devoción.                             R.  Ruega por nosotros.
V. Rosa mística.                                                      R.  Ruega por nosotros. 
V. Torre de David.                                                 R.  Ruega por nosotros. 
V. Torre de marfil.                                                R.  Ruega por nosotros.
V. Casa de Oro.                                                       R.  Ruega por nosotros.
V. Arca de la Alianza.                                           R.  Ruega por nosotros.
V. Puerta del cielo.                                               R.  Ruega por nosotros.
V. Estrella de la mañana.                                   R.  Ruega por nosotros.
V. Salud de los enfermos.                                  R.  Ruega por nosotros.
V. Refugio de los pecadores.                            R.  Ruega por nosotros.
V. Consuelo de los afligidos.                            R.  Ruega por nosotros.
V. Auxilio de los cristianos.                             R.  Ruega por nosotros.

V. Reina de los Ángeles.                                    R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de los Patriarcas.                               R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de los Profetas.                                   R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de los Apóstoles.                                R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de los Mártires.                                  R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de los Confesores.                             R.  Ruega por nosotros.

V. Reina de los Misioneros.                            R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de las Vírgenes.                                 R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de los Santos.                                     R.  Ruega por nosotros. 
V. Reina concebida sin pecado original.  R. Ruega por nosotros.
V. Reina elevada al cielo.                                R.  Ruega por nosotros.
V. Reina del Santísimo Rosario.                   R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de la familia.                                      R.  Ruega por nosotros.
V. Reina de la paz.                                             R.  Ruega por nosotros
 

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.         R.  Perdónanos, Señor.
V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.         R.  Escúchanos, Señor.
V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.         R.  Ten misericordia de nosotros.
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Bajo Tu Protección
Bajo tu protección nos acogemos Santa Madre de Dios,
no desoigas nuestras súplicas en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita. 

V.  Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
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Oración Conclusiva
Te suplicamos, Señor,
que derrames tu gracia en nuestras almas
para que lo que, por el anuncio del Ángel,
hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo,
por su Pasión y Cruz,
seamos llevados a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. ¡Amén!
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Para ayudarnos en el Duelo
- Sentarse a la mesa juntos
- Compartir los momentos alegres de quien ha partido
- Compartir los gestos generosos que quisieramos seguir o imitar
- Compartir sus virtudes para aprender de ellas
- Compartir sus defectos para valorar sus esfuerzos por superarlos
- Preparar su plato favorito y compartirlo
- Compartir cómo me siento yo
- Compartir y orar sus oraciones favoritas
- Compartir y cantar sus cantos favoritos
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