domingo, 20 de abril de 2014

Su causa era la tuya y ahora es la nuestra

Dios, Misterio eterno de Amor, Justicia y Fidelidad,
que con tu poder, y con muchos signos ante sus discípulos,
avalaste a Jesús de Nazaret con su resurrección.
Aunque lo asesinaron sus perseguidores;
resucitándolo, pusiste en claro con poder,
que era Tu enviado y estabas de parte de él
y que su Causa interpretaba tu misma Voluntad
sobre el ser humano y sobre el mundo.

Rescata también del sufrimiento, del olvido y de la muerte
a tantos hombres y mujeres que, como Jesús,
y defendiendo muchas causas como la suya,
han dado sus vidas a lo largo de la historia.

Y a nosotros, danos el don de ser testigos convencidos
del triunfo final de la Justicia, del Amor y de la Vida.
Nosotros te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo, hermano nuestro.
¡Amén!


Soneto de Pedro Casaldáliga. / Fotografía cortesías de BGC Photography.

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