lunes, 28 de noviembre de 2022

Oraciones para el Adviento



Oraciones para encender la corona:

Primer domingo 
Encendemos, Señor, esta luz,
como aquel que enciende su lámpara
para salir en la noche,
al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana del Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con alegría.

Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda,
y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!


Segundo domingo 
Los profetas mantenían encendida
la esperanza de Israel.

Nosotros, como un símbolo,
encendemos estas dos velas.

El viejo tronco está rebrotando,
florece el desierto...
La humanidad entera se estremece
porque Dios se ha sembrado en nuestra carne.

Que cada uno de nosotros, Señor,
te abra su vida para que brotes,
para que florezcas, para que nazcas,
y mantengas en nuestro corazón
encendida la esperanza.

Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!


Tercer domingo 
En las tinieblas se encendió una luz,
en el desierto clamó una voz.

Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar!
Preparen sus caminos, porque ya se acerca.

Adornen su alma
como una novia que se engalana el día de su boda.
Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser
antorcha tuya para que brilles,
llama para que calientes.

¡Ven, Señor, a salvarnos,
envuélvenos con tu luz, caliéntanos en tu amor! 



Cuarto domingo 
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, 
pensamos en Ella, la Virgen,
tu madre y nuestra madre.

Nadie te esperó con más ansia,
con más ternura, con más amor.

Nadie te recibió con más alegría.

Te sembraste en Ella,
como el grano de trigo se siembra en el surco.
Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa.

También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.

¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a salvarnos!



Plegaria breve para repetir cada domingo 
Jesús, ven entre nosotros.
Nosotros queremos compartir tu venida.
Nosotros queremos recibirte.
Nosotros esperamos que nos traigas tu luz, tu paz, tu amor. Amén.



Salmo 138 (139)

Salmos 139 - Biblia de nuestro Pueblo 
1. Señor, tú me sondeas y me conoces. 
2. Sabes cuando me siento o me levanto, 
de lejos percibes mis pensamientos; 
3. disciernes mi camino y mi descanso, 
todas mis sendas te son familiares. 
4. Aún no ha llegado la palabra a mi lengua, 
y ya, Señor, la conoces toda. 
5. Me estrechas por detrás y por delante, 
apoyas sobre mí tu palma. 

6.
Tanto saber me sobrepasa, 
es sublime y no lo alcanzo. 
7. ¿Adónde me alejaré de tu aliento?, 
¿adónde huiré de tu presencia? 
8. Si subiera al cielo, allí estás tú; 
si me acostara en el abismo, allí estás; 
9. si me remontara con las alas de la aurora 
para instalarme en el confín del mar, 
10. aun allí me guiaría tu izquierda 
y tu derecha me aferraría. 

11.
Si dijera: que me encubra la tiniebla 
y la luz se haga noche en torno a mí, 
12. ni la tiniebla es tenebrosa para ti, 
aun la noche es luminosa como el día: 
la tiniebla es como la luz del día. 
13. Tú formaste mis entrañas, 
me tejiste en el seno materno. 
14. Te doy gracias porque eres prodigioso: 
soy un misterio, misteriosa obra tuya; 
y tú me conoces hasta el fondo, 
15. no se te oculta mi osamenta. 
Cuando en lo oculto era formado, 
entretejido en lo profundo de la tierra, 
16. tus ojos veían mi ser informe. 
En tu libro estaban escritos todos mis días,
ya planeados, antes de llegar el primero. 
17. ¡Qué insondable me resultan tus pensamientos, 
oh Dios, qué incalculable su suma! 
18. Si los cuento, son más que granos de arena; 
y aunque terminara aún me quedarías tú. 


19. Si mataras, oh Dios, al malvado 
y se alejasen de mí los sanguinarios, 
20. pues hablan de ti dolosamente, 
y tus adversarios cuchichean en vano. 
21. ¿No odiaré a quienes te odian, Señor? 
¿No detestaré a quienes se levantan contra ti? 
22. Los odio con odio sin límites, 
los tengo por enemigos. 
23. Oh Dios, sondéame y conoce mi corazón, 
examíname y conoce mis pensamientos. 
24. Mira, si mi camino es errado 
y guíame por el camino recto. 
La Biblia de Nuestro Pueblo Luis Alonso Schökel, SJ (Traductor) ©

sábado, 26 de noviembre de 2022

TOB - El Adviento - Orar con la corona de Adviento - El Acostamiento

1. El Adviento (latín: adventus Redemptoris, 'venida del Redentor') es el primer período del año litúrgico cristiano, y consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo. El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. el color litúrgico que se usa es el morado y en la tercera semana el rosado.

2. Las cuatro velas de la corona del Adviento
Nos invitan a reflexionar sobre el pecado y la obscuridad que éste nos ocasiona. Entristece nuestro Espíritu porque nos ciega a la bondad y nos aleja de Dios. Cuando Adán cayó en el pecado, Yahvé no lo abandonó, puso en su corazón la esperanza de salvación que lo acompaño toda su vida, esa esperanza iluminó su universo. 

La esperanza de la segunda venida de su Hijo ilumina nuestro universo, la luz de las velas que brillan desde nuestra corona de Adviento representa ésta esperanza.  Las tinieblas del pecado y el temor son disipadas de nuestro corazón esperanzado cada vez que encendemos una a una las velas de la corona del Adviento, cuando oramos juntos nos hacemos uno con el pueblo universal que espoera la venida de su Cristo. 


La cercanía de la llegada de Cristo ilumina el tiempo, nuestro mundo, nuestras vidas, nuestra historia y nuestro universo. 

Ponemos cuatro velas en la corona y las prendemos de una en una, una por cada domingo de los cuatro domingos de adviento, al hacerlo tratemos también de orar en familia.
- Primer domingo de Adviento: Vela morada
- Segundo domingo de Adviento: Vela roja
- Tercer domingo de Adviento: Vela rosa
- Cuarto domingo de Adviento: Vela blanca

El color morado de tres de las cuatro velas significa que se trata de un tiempo de penitencia, de preparación, de espera.
La vela de color rosado se enciende el tercer domingo de Adviento, llamado "Domingo Gaudete" o domingo de la alegría. Esta vela representa la alegría que trae la cercania de la venida de Cristo, y hay que tener el corazón dispuesto a recibirlo.


Las velas de la Corona del Adviento
Sendos modelos admiten otra variante: una vela a mayores, más grande, que en algunos lugares llaman cirio de Nochebuena que representa a Jesús recién nacido.

La costumbre litúrgica más generalizada apunta en dos direcciones:

a- Tres velas moradas y una rosa. Las tres primeras indican el camino hacia Dios, estar en marcha hacia la Navidad. La rosa es signo de la alegría por la cercanía de Jesús.

b- Cuatro colores distintos: azul o morado (vigilancia), verde (esperanza), rosa o rojo (alegría) y amarillo o blanco (presencia, cercanía)

c- Otra variante importante es la Corona de Adviento Misionera. Adornamos la corona usando cinco velas con los cinco colores usados para rezar el Rosario Misionero.

- Domingo de la 1ra Semana: Verde, por África
- Domingo de la 2da. Semana: Rojo, por Las Américas
- Domingo de la 3ra. Semana: Blanco por Europa
- Domingo de la 4ta. Semana: Azul, por Oceanía
- Nochebuena o día de Navidad: Amarillo, por Asia.

La luz va iluminando progresivamente el lugar de culto o la estancia familiar. Es importante jugar con esa luz que crece con cada semana del adviento, bien con el contraste luz-oscuridad o su encendido desde un lugar privilegiado y muy visible (presbiterio)


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ORAR CON LA CORONA DE ADVIENTO MISIONERA



«Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, 
la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando 
en la larga preparación de la primera venida del Salvador, 
los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida.

Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, 
la Iglesia se une al deseo de éste:
"Es preciso que él crezca y que yo disminuya" (Jn 3, 30).»
(Catecismo de la Iglesia Católica, # 524).


Dios está en todas partes con su inmensidad entera, 
y muy próximo a cada uno, como lo dice él mismo: 
"¿Soy yo Dios sólo de cerca y no soy Dios de lejos?" 
Por eso no buscamos sólo un Dios que queda muy lejos de nosotros: 
lo tenemos en nuestro interior si somos dignos de poseerlo. 
Habita realmente en nosotros, como el alma en el cuerpo, 
si es que somos miembros suyos en perfecto estado de salud
y no miembros muertos por los pecados.
Así vive de verdad en nosotros. 
De las Instrucciones de san Columbano, abad "Sublime profundidad de Dios"

“Si el alma hace buen uso
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
El nos enseñó,
por medio de sus preceptos,
que debemos producir
frutos constantes
de todas las virtudes
que Él sembró en nosotros al crearnos”.
(De las instrucciones de san Columbano, abad. Instrucción 11, sobre el amor, 1-2)

Que nadie, pues, presuma
siquiera lo irrastreable de Dios:
qué fue, cómo fue, quién fue.
Se trata de algo inefable, inasequible, inescrutable:
así, sin más;
y, sin embargo, la fe te dice que Dios es así,
y que así será como fue, porque
Dios es inmutable.
Y lo debes creer con toda tu alma.
De las Instrucciones de san Columbano, abad "Sublime profundidad de Dios"

Busca, pues, por tanto, la suprema ciencia,
no a base de disputas de palabras, 
sino mediante la perfección de las buenas costumbres; 
no de boca, sino con la fe que procede de la simplicidad del corazón 
y no de las disquisiciones de la docta impiedad. 
Si te pones a buscar la ciencia inefable con disertaciones, 
se alejará de ti más aún de lo que estaba; 
si lo intentas en cambio con la fe, 
la sabiduría confiadamente permanecerá a tu puerta; 
De las Instrucciones de san Columbano, abad "Sublime profundidad de Dios"

1) La intención de esta Corona de Adviento Misionera es la de promover la oración
     por los Misioneros y Misioneras que dan testimonio de su fe en los Cinco continentes.

2) Leyendo las lecturas del día nos preparamos para participar mejor
     en nuestra celebración Eucarística.

3) Adornamos la corona usando cinco velas
     con los cinco colores usados para rezar el Rosario Misionero.

  - Domingo de la 1ra Semana:       Verde, por África
  - Domingo de la 2da. Semana:     Rojo, por Las Américas 
  - Domingo de la 3ra. Semana:      Blanco por Europa
  - Domingo de la 4ta. Semana:      Azul, por Oceanía
  - Nochebuena o día de Navidad: Amarillo, por Asia.
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4)    Al iniciar la liturgia, las velas de la corona deben estar apagadas.
5)    Crear un ambiente recogido, con poca luz.
6)    Pongan un Mapamundi con los cinco continentes junto a la corona y un cirio a la base.
7)    Se toma la llama de este cirio para encender la 1ra. vela de la corona misionera.
8)    Es significativo que la cabeza del hogar dirija la sesión y haga las lecturas principales.

9)    Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia. 

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PRIMERA SEMANA
Se cumplen las promesas / Orando con la Iglesia Africana

1)    Al iniciar la liturgia la corona debe tener todas la velas apagadas.
2)    Crear un ambiente recogido, con poca luz.
3)    Pongan una imagen del Gente contenta junto a la corona y un cirio a sus pies.
4)    Se toma la llama de este cirio para encender la 1ra. vela de la corona misionera.

5)    Es significativo que la cabeza del hogar dirija la sesión y haga las lecturas principales.
6)    Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia.

Líder: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

L: Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
T: Que hizo el cielo y la tierra.

L: En los días de adviento, recordamos nuestra espera en la liberación del Señor.
     Siempre necesitamos Su salvación. En torno a esta corona recordaremos su promesa.
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Lector/a 1: Lectura del profeta Isaías 63, 16b. 19b; 64, 2b-7
Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor; ése es tu nombre desde siempre.
Tú sales al encuentro del que practica alegremente la justicia
y no pierde de vista tus mandamientos. Señor, tú eres nuestro padre;
nosotros somos el barro y tú el alfarero; todos somos hechura de tus manos.

Le 1: "Palabra de Dios"
Todos:    "Te alabamos Señor".
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Le 2: Lectura de la Carta de San Pablo a los Colosenses 1, 3-9
Continuamente agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha concedido a ustedes
por medio de Cristo Jesús, ya que por él los ha enriquecido con abundancia
en todo lo que se refiere a la palabra y al conocimiento;
porque el testimonio que damos de Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado,
que no carecen de ningún don, ustedes, los que esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

Él los hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento.
Dios es quien los ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel.
Le 2: "Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".
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Líder: Del Evangelio de San Marcos 13, 33-37.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Velen y estén preparados,
porque no saben cuándo llegará el momento.
Así como un hombre que se va de viaje,
deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer
y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes,
pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa:
si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada.
No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo.
Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta”.

Líder: ¡Palabra de Dios!
Todos: ¡Te alabamos Señor!
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Reflexión Misionera:

Líder: “Amando a Dios
es como renovamos en nosotros su imagen.
Y ama a Dios el que guarda sus mandamientos,
como dice él mismo:
Si me aman, guardarán mis mandatos.
Y su mandamiento es el amor mutuo,
como dice también: Éste es mi mandamiento:
que se amen unos a otros como yo los he amado.”

(De las instrucciones de san Columbano, abad. Instrucción 11, sobre el amor, 1-2)
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Bendición de la corona

Líder: Bendícenos, Señor y bendice esta corona de adviento.

L: "Señor Dios nuestro, te alabamos por tu Hijo Jesucristo:
El es Emmanuel, la esperanza de los pueblos, 

la sabiduría que nos enseña y guía, El Salvador de todas las naciones.

Señor Dios que tu bendición descienda sobre nosotros 
al encender las velas de esta corona. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

T: ¡Amén!

Que la corona y su luz sean un signo de la promesa del Señor que nos trae salvación.
Que venga pronto y sin tardanza. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
T: ¡Amén!

Se enciende la primera vela

L: "Bendigamos al Señor" Todos hacen la señal de la cruz.
T: Demos gracias a Dios.

L: Recordamos la virtud de la Fe.  La Anunciación
     La Virgen María, como el pueblo judío, esperaba la venida del Salvador, rezaba, leía,
     meditaba y guardaba las Sagradas Escrituras en su corazón.
     Nosotros nos preparamos para dar nuestro "Si" unidos a María en la Anunciación.

Tiempo de silencio
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Tiempo de intercesión:
 

L: Por el Santo Padre el Papa Francisco para que con sus palabras y gestos
            siga animando a la Iglesia Universal para que camine a su renovación y purificación.

L: Por la Iglesia africana para que continúe siendo fuente de santidad, justicia y paz
     aún en medio de las persecuciones y muerte. 

L: Por más vocaciones a la vida consagrada y al ministerio sacerdotal en la Iglesia africana.
L: Por los misioneros y misionera en la Iglesia africana 
     para que tu Santo Espíritu los proteja y ayude y anime 
     con los valores evangélicos a continuar promoviendo la vida, la concordia y la paz.

L: Por los cristianos y cristianas, perseguidos, presos, torturados y asesinados
     por el odio religioso en África, para que cese la persecución y el odio.

L: Con la confianza y el cariño que inspira nuestra espera oremos el Padre Nuestro

L: Encomendemos nuestra familia
     a la intercesión de la Madre de Jesús, María de Guadalupe rezando el Ave María.
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Oración final:

L:  Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento,
      el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene,
      acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha,
      merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.

T: ¡Amén!
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SEGUNDA SEMANA

Se cumplen las promesas / Orando con la Iglesia de Las Américas

1)    Al iniciar la liturgia la corona debe tener encendidas la primera vela.
2)    Crear un ambiente recogido, con poca luz.
3)    Pongan una imagen de Perseguidos junto a la corona y un cirio a sus pies.
4)    Se toma la llama de este cirio para encender la 2da. vela de la corona misionera.

5)    Es significativo que la cabeza del hogar dirija la sesión y haga las lecturas principales.
6)    Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia.

Líder: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

L: Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
T: Que hizo el cielo y la tierra.

L: En los días de adviento, recordamos nuestra espera en la liberación del Señor.
     Siempre necesitamos Su salvación. En torno a esta corona recordaremos su promesa.
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Lector:  Primera lectura: Isaías 40, 1-5
“Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios.
Hablen al corazón del pueblo y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor
castigo doble por todos sus pecados”.

Una voz clama: “Preparen el camino del Señor en el desierto,
construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios.
Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen;
que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán”.
Así ha hablado la boca del Señor.

Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión;
alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: “Aquí está su Dios.
Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo.

El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden.
Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos
y atenderá solícito a sus madres”.
Le 1: "Palabra de Dios"
Todos:    "Te alabamos Señor".
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Líder: Del Evangelio de San Mateo 3, 1-3. 11.
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
"Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos."

Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo:
"Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos."

Yo los bautizo con agua para que se conviertan;
pero el que viene detrás de mí puede más que yo,
y no merezco ni llevarle las sandalias. 
Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.

L: ¡Palabra de Dios!
T: ¡Te alabamos Señor!

Todos guardan reverente silencio.
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Oración antes de encender las dos velas

Líder: ¡Bendigamos al Señor!  Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: 
Todos: ¡Demos gracias a Dios!

L: Con esta segunda luz que encendemos, te pedimos, Señor,
que intensifiques el resplandor de tu rostro sobre la gente de Las Américas
que viven en tinieblas y en sombras de muerte.

Que la Luz de tu presencia, que ilumina en nuestras vidas,
nos haga reconocer nuestro orgullo,
despierte nuestra humildad y nos ayude a evitar el pecado.

Equilibra y allana nuestras vidas, Señor, haznos caminos seguros que lleven hacia Ti
a las personas en Las Américas que viven en destierro espiritual,
alejados de Ti y de los hermanos y hermanas.

Señor, para que seamos contigo luz atrayente y seductora. ¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!

Todos: "Demos gracias a Dios".

Se enciende dos velas, todos guardan reverente silencio.

Líder: Recordamos la virtud de la Caridad: La Visitación
María fue presurosa a servir a su prima Isabel 
ya que el ángel le avisó que de ella nacería un niño: Juan Bautista.

No temió la distancia y las dificultades.
Respondió con un amor que se hace servicio y que une corazones.

Lider: Unidos a María en la Visitación,
nos preparamos para salir al encuentro de quien necesita ayuda y consuelo.
Es tiempo de ir a servir a los que más nos necesitan,
en especial los pobres, los enfermos... los ancianos.


Todos guardan un momento de reverente silencio.
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Reflexión Misionera:

“Nuestro Señor Jesucristo en persona
es la fuente de la vida.
Por eso, nos invita a ir a él,
que es la fuente, para beberlo.
Lo bebe quien lo ama,
lo bebe quien trata de saciarse
de la palabra de Dios.
El que tiene suficiente amor
también tiene suficiente deseo.
Lo bebe quien se inflama
en el amor de la sabiduría.


(De las instrucciones de San Columbano, abad. Instrucción 13, Sobre Cristo, fuente de vida 1-2)

Todos guardan un momento de silencio.

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Tiempo de intercesión

L: Por el Papa Francisco: para que compromiso con la verdad y la vida, nos inspire
    a buscar la paz, justicia y la reconciliación en nuestros países afectados por la violencia.

L: Por la Iglesia en Las Américas: Para que la Justicia y la transparencia en el manejo público
    devuelva la confianza a las personas afectadas por la corrupción y el egoísmo.

L: Por más vocaciones a la vida consagrada, al ministerio laical y al ministerio sacerdotal
    en nuestra Iglesia de Las Américas, para que crezcan y se formen en Paz y Alegría.

L: Por los misioneros y misionera en la Iglesia de las Américas trabajando 
    en zonas de conflicto y miseria, para que el Espíritu Santo los proteja, los fortalezca 
    y les ayude a seguir siendo testimonio de vida y esperanza en medio de las dificultades.

L: Por los cristianos y cristianas, en las Américas, amenazados y asesinados
    por la violencia política y el narcotráfico: para que su testimonio
   despierten acciones de resistencia, solidaridad y esperanza.

Padre Nuestro
L: Con la confianza y el cariño que inspira nuestra espera oremos el Padre Nuestro

Ave María.
L: Pongamos nuestra familia bajo la intercesión de la Madre de Jesús,
     María de Guadalupe rezando el Ave María.
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Oración final:
L: Señor Todopoderoso, rico en misericordia, 
cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, 
no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; 
guíanos hasta él con sabiduría divina
para que podamos participar plenamente de su vida. 

Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: ¡Amén!


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TERCERA SEMANA
Nos ponemos en camino / Oración con la Iglesia de Europa

1)    Al iniciar la liturgia la corona debe tener encendidas la primera y segunda vela.
2)    Crear un ambiente recogido, con poca luz.
3)    Pongan una imagen de la Virgen de Guadalupe junto a la corona y un cirio a sus pies.
4)    Se toma la llama de este cirio para encender la 3ra. vela de la corona misionera.

5)    Es significativo que la cabeza del hogar dirija la sesión y haga las lecturas principales.
6)    Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia.

Líder: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

L: Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
T: Que hizo el cielo y la tierra.

L: En los días de adviento, recordamos nuestra espera en la liberación del Señor.
     Siempre necesitamos Su salvación. En torno a esta corona recordaremos su promesa.
     Estamos ya en la tercera semana de Adviento, y compartimos la esperanza
     de una Mujer humilde: Ella es la Virgen que pronto dará a luz. Silenciosa,
     espera al Salvador: llega ya la hora de la liberación. Aumenta nuestra alegría
     y nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros.
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No hay Navidad sin fortaleza ante el sufrimiento,
sin los intentos por vencer las tentaciones
Sin la superación de nuestros egoísmos y rencores.

La esperanza cristiana lo vence todo.

No es resignación negativa, es acción que construye.

Nos ayuda a hacer frente a las situaciones difíciles de la mejor manera.

Nos permite ver a Dios que se hace presente 
en el corazón humilde y fiel.

Unidos a la Familia de María de Guadalupe en su jornada hacia Belén,
fortalecemos nuestra esperanza en las pruebas y dificultades.

Es tiempo de consolar y a apoyar 
a quien pasa por problemas en sus familias.


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Primera Lectura

Lector: Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses 3, 12-13
Que el Señor les colme y les haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, 
lo mismo que nosotros los amamos. Y que así les fortalezca internamente,
para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos,
se presenten santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre.

Lector: ¡Palabra de Dios!
Todos: ¡Te alabamos Señor!
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Segunda lectura:

Le: Lectura de la 1ra. carta de San Pablo a los Tesalonicenses 4, 4-5
Estén siempre alegres en el Señor;
se lo repito, estén alegres. 

Que su moderación la conozca todo el mundo.
El Señor está cerca.

Le: ¡Palabra de Dios!
Todos: ¡Te alabamos Señor!
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Líder: Del Evangelio de San Mateo 11, 2-6.
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, 
le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:
"¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?"
Jesús les respondió: "vayan a decirle a Juan lo que están viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!"

L: ¡Palabra de Dios!
Todos: ¡Te alabamos Señor!

Todos guardan reverente silencio.


Oración antes de encender las tres velas 

Líder: ¡Bendigamos al Señor! Todos hacen la señal de la cruz: 

Todos: ¡Demos gracias a Dios!

L: Señor, ahora que estamos más cercanos ya a la noche buena de la Luz Mayor
Encendemos, esta tercera luz por nuestros hermanos y hermanas de Europa.
No somos la Luz, pero sí, los testigos de la Luz verdadera que ha venido al mundo.
Como Juan el Bautista, queremos dar testimonio de tu Luz, Señor.

Deseamos, Señor, con esta tercera luz que encendemos,
que el fuego de tu Espíritu encienda los corazones de los cristianos Europeos
y los convierta en lámparas para los demás.
Danos un corazón que vea las necesidades de nuestro prójimo
para compartir con ellos lo mejor que somos, hacemos y tenemos.

Quema en tu hoguera, Señor, toda la paja de nuestras vidas y reúne nuestros granos
en pan comunitario para renacer contigo en Belén, la Casa del Pan,
para que te revelemos como buena y gozosa Noticia para las personas,
tan necesitadas de reconocerse como hijos de Dios en la Cuna comunitaria de Belén,
¡Marana tha, ven, ¡Señor, Jesús! ¡Marana tha, ven, ¡Señor, Jesús!

Todos: "Demos gracias a Dios".


Se enciende la tercera vela, todos guardan reverente silencio.
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Líder: Recordamos la virtud de la Esperanza: Viaje a Belén
La Virgen vuelve a viajar,
lejos de su familia y amistades,
obedece el mandato del emperador...
En Belén ella y San José no encuentran sino rechazo.
Todo parece salir muy mal...
Por menos algunos matrimonios se han divorciado.
Pero ellos no pierden la esperanza.

L: Acudamos a Santa María de Guadalupe,
que dijo ¡Si! al Plan del Padre y permitió
que la luz del Señor ilumine a la humanidad.
Pidámosle que interceda nosotros
en este tiempo de preparación.


Recemos juntos la oración.

Brillante Luna de la Nueva Evangelización,
que con tu fulgor iluminas la noche oscura
de los que deambulan prisioneros
de la "cultura de muerte"
por caminos sin rumbo ni salida.
Intercede para que la Luz Radiante
de tu Hijo Jesús alumbre a todas las personas
para que puedan caminar sin tropezar

por caminos que conducen a la vida eterna. 
Que así sea. Amén.
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Todos guardan un momento de reverente silencio.

Reflexión Misionera:
“¿Cuál es la mejor cosa en el mundo?
Agradar al Creador.
¿Cuál es su voluntad? Cumplir lo que Él mandó,
es decir, vivir con acierto y con diligencia
buscando la Eternidad;
porque el deber y la justicia
son la voluntad de Aquel que es Recto y Justo.
¿Cómo vamos a alcanzar esta meta?
Con esfuerzo y compromiso.
Entonces tenemos que esforzarnos y comprometernos
en el sentido del deber y la justicia.”

(Del Sermón 3, 1 de san Columbano, abad)

Todos guardan un momento de silencio.

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Tiempo de intercesión 

L: Por el Santo Padre el Papa Francisco: para que su ejemplo de vida,
    nos anime a ir al encuentro de quienes más necesitan nuestra compañía,
    consuelo y solidaridad material y espiritual.


L: Por la Iglesia en Europa: Para que ayude a las sociedades materialistas 
     a regresar al camino de la fe y promuevan vida, alegría y paz.

L: Por más vocaciones a la vida consagrada,
     al ministerio sacerdotal, laical y misionero en la Iglesia de Europa.

L: Por los misioneros y misionera en la Iglesia Europea: para que el Espíritu Santo
     los inspire y anime a promover y defender la vida, en especial de los más indefensos.


L: Por los cristianos y cristianas, presos de conciencia y perseguidos por su fe:
     para que encuentren paz en su trabajo y den frutos de conversión y confianza.

Padre Nuestro
L: Con la confianza y el cariño que inspira nuestra espera, oremos el Padre Nuestro.

Ave María.
L: Rezando el Ave María en familia,
     nos ponemos bajo la intercesión de la Madre de Jesús, María de Guadalupe.

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Oración final:
L: Señor, fuente del amor y de los bienes mejores,
Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; 

concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación,
y poder celebrarla con alegría desbordante.  Por nuestro Señor Jesucristo.

Todos: ¡Amén!
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CUARTA SEMANA
La Luz está cerca / Orando con la Iglesia de Oceanía

1)    Al iniciar la liturgia la corona debe tener encendidas la primera, segunda y tercera vela.
2)    Crear un ambiente recogido, con poca luz.
3)    Pongan una imagen de Inmigrantes junto a la corona y un cirio a sus pies.
4)    Se toma la llama de este cirio para encender la 4ta. vela de la corona misionera.

5)    Es significativo que la cabeza del hogar dirija la sesión y haga las lecturas principales.
6)    Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia.

Líder: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

L: Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
T: Que hizo el cielo y la tierra.

L: En los días de adviento, recordamos nuestra espera en la liberación del Señor.
     Siempre necesitamos Su salvación. 

     En esta cuarta semana y en torno a esta corona recordaremos su promesa. 
     Por la fortaleza que viene del DIos de la Vida, La virgen y San José, 
     con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. 
     Nos unimos a la Virgen y San José con un sincero deseo
     de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
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Lector:  Primera lectura: Isaías 61, 10-11 
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios,
porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia,
como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.

Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él,
así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

Le 1: "Palabra de Dios"
Todos:    "Te alabamos Señor".
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Lector: Segunda Lectura: 1 Ts 5, 16-24
Hermanos: Absténganse de toda clase de mal.
Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo,
se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo.
El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.

Le 2: "Palabra de Dios"
Todos:    "Te alabamos Señor".
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Lider: Del Evangelio de San Juan 1, 6-8. 19-28
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él.
Él no era la luz, sino testigo de la luz….
"Yo soy la voz que grita en el desierto:
'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías". 
"Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno,
al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí,
a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias".
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
L: "Palabra de Dios"
T: "Te alabamos Señor".
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Oración antes de encender la cuarta vela

Líder: ¡Bendigamos al Señor!  Todos hacen la señal de la cruz.: 
Todos: ¡Demos gracias a Dios!
L: Con esta Cuarta luz que encendemos, te pedimos, Señor, 
que hagas brillar tu rostro sobre la gente de Oceanía
que vive amenazada por los cambios climáticos y la ambición de las potencias.

Ilumina con tu luz creciente nuestras vidas cómodas, ayúdanos a trabajar con empeño
por el cuidado de nuestro planeta que es la casa de todos y que nos has dado.

Ayúdame a reconocer y agradecerte por todas las cosas buenas que nos regalas cada día
que nuestros rumbos naveguen hacia tus aguas tranquilas, de paz, de justicia e igualdad.

Señor, que seamos contigo luz que cambia y transforma el mundo. 
¡Marana tha, ven, ¡Señor, Jesús! ¡Marana tha, ven, ¡Señor, Jesús!

Todos: "Demos gracias a Dios".
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Se enciende las cuatro velas, todos guardan reverente silencio.

Lider: Recordamos la virtud de la Resistencia: 
La Movilización

No hay rechazo, ni frio, ni oscuridad, ni incomodidad 
que les pueda separar del amor de Cristo que nace. 

Ellos son los benditos de Dios que le reciben. 
Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, 
porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.

Lider: Unidos a María en la Movilización, nos preparamos para salir al encuentro del inmigrante, 
del deportado, del expatriado que necesitan ayuda, acogida y hospitalidad. 

Es tiempo acoger a los que como José y María deben viajar forzados por la pobreza, la violencia y la corrupción.

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Todos guardan un momento de reverente silencio.

Reflexión Misionera:
¡Ojalá me inflamara
en el deseo de su amor inconmensurable
y me encendiera
con el fuego de su divina caridad!
resplandeciente con ella,
brillaría más que los astros,
y todo mi interior
ardería continuamente
con este divino fuego. 
¡Ojalá mis méritos fueran tan abundantes
que mi lámpara ardiera sin cesar,
durante la noche, en el templo de mi Señor
e iluminara a cuantos penetran en la casa de mi Dios!
(De las instrucciones de san Columbano, abad (Instrucción 12, Sobre la compunción)

Todos guardan un momento de silencio.
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Tiempo de intercesión

L: Por el Papa Francisco: para que inspire acogida y atención a quienes deben dejar sus tierras 
     por pobreza, violencia y corrupción para tratar de vivir con más dignidad.

L: Por la Iglesia en Oceanía: Para que el diálogo y entendimiento con las culturas
     le ayude a promover el bienestar común y la justicia.

L: Por más vocaciones a la vida consagrada, ministerio laical y al ministerio sacerdotal
    en nuestra Iglesia de Oceanía, para que crezcan y se formen en Paz y Alegría.

L: Por los misioneros en la Iglesia de Oceanía trabajando en zonas de riesgo ecológico, 
    que el Espíritu Santo los proteja e inspire a seguir trabajar en la defensa del balance ecológico
    favorable para las Islas-nación y sobre todo a su gente.


L: Por los cristianos y cristianas, Señor, para que sepamos comprender y admirar
    el Sí de María y así como Ella, sepamos aceptar tu voluntad, por Cristo Nuestro Señor.

Padre Nuestro
L: Con la confianza y el cariño que inspira nuestra espera oremos el Padre Nuestro

Ave María.
L: Pongamos nuestra familia bajo la intercesión de la Madre de Jesús,
     María de Guadalupe rezando el Ave María.
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Oración final:
Oremos: Derrama tu gracia, Señor, sobre nosotros,
que hemos conocido por el anuncio del Ángel, la encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos a la Gloria de la resurrección. 

Todos: ¡Amén!

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La Nochebuena con la corona de Adviento Misionera: Por Asia
1)    Al iniciar la liturgia la corona se debe tener encendidas las cuatro velas.
2)    Crear un ambiente recogido, con poca luz.
3)    Pongan una imagen de Niños en situación de abandono junto a la corona y un cirio a sus pies.
4)    Se toma la llama de este cirio para encender la 4ta. vela de la corona misionera.
5)    Es significativo que la cabeza del hogar dirija la sesión y haga las lecturas principales.
6)    Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia.
7)    Después de la Reflexión Misionera, se hace el Acostamiento del Niño.

Líder: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

L: Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
T: Que hizo el cielo y la tierra.

Líder: En Navidad celebramos la liberación que trae el Emmanuel, 
que se hizo hombre para salvarnos.  Estamos alegres por nuestra salvación. 
En torno a esta corona, celebramos su venida y oramos por la gente de Asia.
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ACTO PENITENCIAL

Lider: Nos preparamos reconociéndonos pecadores y necesitados de su salvación.

Todos: Yo confieso a Dios Todopoderoso....
Lider: Dios Todopoderoso, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos:
 ¡Amén!
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LECTURAS BÍBLICAS:

Lector: Lectura del Segundo libro de Samuel, capítulo 17, versículo 16
...Afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza.
Yo seré para él padre, y él será para mí hijo.
Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre. 

Lector: ¡Palabra de Dios! 
Todos: ¡Te alabamos Señor!


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Lector: Lectura de la carta de San Pablo a Tito, capítulo 2, versículos del 11 al 14
Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, 
enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora 
una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: 
la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. 
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad 
y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.


Lector: 
¡Palabra de Dios!
Todos: ¡Te alabamos Señor!


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Lider: Del Evangelio de San Lucas 1, 67-79.  Nos visitará el sol que nace de lo alto
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: 
"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, 
suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, 
según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. 
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; 
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, 
recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. 
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, 
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.  
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, 
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, 
anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. 
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, 
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, 
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz."

Lider: ¡Palabra de Dios!
Todos: ¡Te alabamos Señor!


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Todos guardan reverente silencio.


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Oración antes de encender la quinta vela

Líder: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!
Líder:
 Bendigamos al Señor
Todos: Demos gracias a Dios.

Líder:
 Oh Dios de la vida, con tu venida, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve.
Esta noche de Navidad, encendemos, Señor,
esta quinta luz, por nuestros hermanos y hermanas de Asia.

Queremos recibir con ella a la Luz de todas las luces, Rey de Paz
que ha venido hoy para ahuyentar todas las sombras del pecado y la muerte.
Danos un corazón generoso que te reconozca en nuestro prójimo
que te busca y te necesita, tal vez más que nosotros
que sepamos compartir con ellos lo mejor que somos y tenemos.

Enciende nuestros corazones con la luz de tu amor para que como María, 
Tu madre y madre nuestra, hagamos de nuestras palabras y obras
luz para el mundo que lleve a la salvación a través de Jesús,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero.

¡Quédate siempre entre nosotros, ¡Señor, Jesús!

Todos:
 "Demos gracias a Dios".
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Se enciende la quinta vela, todos guardan reverente silencio.


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Líder: Recordamos la virtud de la Justicia: Nace el Justo de los justos

Líder: Que Él, que nació en una cueva porque no hubo lugar en la posada
para su familia, se acuerde en esta noche de tantos niños
para los que no hay lugar en los hogares,
de tantos hombres y mujeres para los que no hay lugar en las fábricas,
de tantos refugiados para los que no hay lugar en el mundo 
y de tantos indígenas para los que no hay lugar en nuestro mundo moderno. 

 
Líder: Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo 
de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.


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 Todos guardan un momento de reverente silencio.

Reflexión Misionera: El autor de la vida es fuente de vida,
 el creador de la luz es fuente de resplandor.

Por eso, dejando a un lado lo visible
 y prescindiendo de las cosas de este mundo,
 busquemos en lo más alto del cielo la fuente de la luz,
 la fuente de la vida, la fuente de agua viva,
 como si fuéramos peces inteligentes y que saben discurrir;
 allí podremos beber el agua viva
que salta hasta la vida eterna.

Dios misericordioso, piadoso Señor, 
haznos dignos de llegar a esa fuente.

(De la Instrucción 13, “Sobre Cristo fuente de vida”, 1-2 de san Columbano, abad)

 Todos guardan un momento de silencio.


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ACOSTAMIENTO DEL NIÑO

Líder: Hoy todo el mundo celebra con alegría el nacimiento de Jesús.

Hijo(a): Nosotros como familia cristiana, nos alegramos y celebramos este acontecimiento.
Hijo(a): (Enciende la vela blanca en el centro, además de las otras). 

L. Adoremos a Jesús que ha bajado para compartir nuestra vida.
Todos: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.

A continuación, se adora al Niño, tomándolo en brazos y besándolo. Mientras se besa al Niño, cantamos o escuchamos un villancico. 
Después se coloca al Niño en la cuna del Nacimiento diciendo esta oración:

L: Jesús, que fuiste niño como uno de nosotros, danos en esta noche santa un alma de niño, 
para poder siempre ser alegres, confiados, 
llenos de ternura y cariño para con todos los hombres, nuestros hermanos.

Todos guardan reverente silencio.
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TIEMPO DE INTERCESIÓN

Líder: Por el Santo Padre el Papa Francisco: 
Que su pasión por la evangelización desde los y las pobres, 
nos impulse a tomar el riesgo de ser luz para los que viven
en las tinieblas opresoras del pecado material y espiritual. ¡Roguemos al Señor!
Todos: !Te lo Pedimos, Niño Dios!

Lider: Por la Iglesia en Asia: Para que comparta la profundidad de la espiritual cristiana
con todas las culturas y pueblos. ¡Roguemos al Señor!
Todos: !Te lo Pedimos, Niño Dios!

Lider: Por más vocaciones a la vida consagrada,
al ministerio sacerdotal y laical en la Iglesia de Asia. ¡Roguemos al Señor!
Todos: !Te lo Pedimos, Niño Dios!

Lider: Por los misioneros en la Iglesia del continente Asiático, que el Espíritu de Resucitado, 
los inspire con sabiduría y paciencia para mostrar al Rey de paz 
al lado de los que trabajan por la paz y mutuo entendimiento. ¡Roguemos al Señor!Todos: !Te lo Pedimos, Niño Dios!

Lider: Por los cristianos en Asia Menor 
atormentados por las guerras, perseguidos por su fe y marginados
por ser fieles al evangelio de Jesucristo, para que el Espíritu de vida 
los haga fuertes frente a la persecución, el odio e injusticias. ¡Roguemos al Señor!Todos: !Te lo Pedimos, Niño Dios!

Lider: Por los huérfanos, los forasteros y las viudas: Que Jesús, el Enmanuel,
proteja en esta noche a los niños huérfanos y abandonados, hijos de trabajadores esclavos,
de refugiados y de los Indígenas perseguidos y amenazados ¡Roguemos al Señor!
Todos: 
!Te lo Pedimos, Niño Dios!
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Padre Nuestro
Líder: Con la confianza y el cariño que inspira nuestra espera oremos el Padre Nuestro 
Ave María
Líder:
 Que María de Guadalupe, Madre de Jesús, interceda por nuestra familia, recemos el Ave María
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Líder: 
Señor Justo y misericordioso, 
Hoy que recordamos la venida 
del Justo entre los Justos
te pedimos que 
abra nuestros corazones 
al respeto, la tolerancia, la solidaridad y la justicia.

Que cada cosa que digamos y hagamos 
refleje tu presencia en nuestras vidas
para que podamos participar plenamente 
de Tu vida cariñosa y solidaria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: Amén.

Líder: 
¡Que nuestro Señor Jesucristo nazca en los corazones de cada uno de ustedes!
Todos: Amén.


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La gracia del Adviento 
Cada Domingo es un tiempo hecho sacramento: signo eficaz de la gracia que Dios comunica a su Iglesia y de la fe con que la comunidad eclesial acoge este don siempre nuevo de Dios. La historia de la salvación se actualiza sacramentalmente.

El Adviento forma una unidad de movimiento con la Navidad y la Epifanía. 
Las tres palabras vienen a significar lo mismo: venida, nacimiento, manifestación. 

El Dios que ha querido ser Dios-con-nosotros entró hace dos mil años en nuestra historia en Belén, pero la actualiza sacramentalmente cada año en este tiempo fuerte de seis o siete semanas: desde el primer domingo del Adviento hasta la fiesta del Bautismo del Señor. 

Un tiempo que ante todo es de gracia, y a la vez constituye como una formación permanente y una profundización de la vida cristiana en sus actitudes fundamentales de fe y esperanza.

Las lecturas dominicales y las de feria 
En el Adviento, las lecturas principales y más céntricas, tanto de los profetas como del evangelio, se han reservado para los cuatro domingos. En estos días aparecen, por ejemplo, las llamadas a la vigilancia escatológica del final de los tiempos, las consignas del Bautista sobre la conversión y la preparación de los caminos del Señor, y la preparación inmediata de la Navidad.

En las ferias, por medio de un Leccionario totalmente nuevo, se complementa y profundiza este mensaje para los que celebran la Eucaristía con un ritmo diario. Y siempre, domingos y ferias, la Palabra de Dios nos va iluminando y guiando, consolando y juzgando, para que nos preparemos bien a la celebración de la Navidad.